Autor: Laura Gallego García
Editorial: PEARSON ALHAMBRA
Precio: 11,95 €
Páginas: 164
Puntuación: 3/5 (Bueno, podría ser mejor)
El sabio Zacarías y su hija y aprendiz Miriam en realidad no han llegado hasta la corte del rey Héctor para servirle, lo que planean es descubrir el porqué de la repentina y misteriosa desaparición del antiguo sabio, Cornelius.
La pobre Miriam debe aprender a encajar en la corte, donde la princesa Ángela, una muchacha engreída y superficial, y sus doncellas le hacen la vida imposible por ser una simple plebeya; el príncipe Marco ni siquiera repara en su existencia por culpa de la maravillosa princesa extranjera, Rosalía; el fantasma de Cornelius parece querer asesinar a su padre…
Pero ¿y si no fuese su fantasma, si no el propio sabio que busca algo que le pertenece y necesita para llevar a cabo sus planes? Con la compañía de Santiago, el único amigo que tiene en ese estúpido castillo, se verá envuelta en una oscura trama destinada a asesinar al rey Héctor y a su primogénito y único hijo, Marco, con tal de que el asesino logre subir al trono. Y no le importará llevarse por delante a todo aquel que se interponga, aunque deba usar la magia negra para conseguirlo.
Siendo sincera, adoro a esta escritora, pero el final de Mandrágora me ha decepcionado un poco; lo he sentido demasiado precipitado y no me ha gustado cómo encaja con el resto de la historia. La pelea final ha sido demasiado simple y rudimentaria, como si no quisiera ponerle demasiado sentimiento. La reacción de Santiago a cierto suceso no es creíble y a las relaciones entre personajes les falta profundidad. Tal vez sea porque tuvo que terminar el libro en un periodo de tiempo demasiado corto, no lo sé, pero el hecho es que podría ser mucho mejor. Sobretodo teniendo en cuenta la calidad a la que me tiene acostumbrada esta magnífica escritora valenciana, que es un genio. Mi libro favorito suyo es La Emperatriz de los Etéreos; me lo leo siempre que puedo.
La historia me ha gustado, está bien tratada y la idea es original; todos los adolescentes tienen sus pros y sus contras, como en la vida real, y te sacan alguna que otra sonrisa, pero no es su mejor libro. Creo que no debería haberse precipitado tanto, a pesar de su fecha límite de entrega; el resultado habría sido mejor tanto para los lectores, como para la novela y ella misma, sobretodo.
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